Aprender

Una vez me enamoré, y podría decirse que hasta perdí la cabeza, por lo tanto me enceguecí. Por perder mi cabeza perdí la intuición, esa misma que me llevó a sufrir. El sufrimiento me llevó a opacar un sentimiento, lo que perdí fue la capacidad para amar. Ya nada era lo mismo y ya no caía en ningún chamuyo simple. Me costó confiar en las personas, me costó superar el dolor, pero seguí y aprendí... Aprendí a recuperar lo perdido, a disfrutar al maximo de lo que tengo, a valorar una palabra de aliento, un abrazo y una simple caricia. Recordé lo que era disfrutar de uno mismo, de los amigos que aveces dejamos de lado, de las activiades que dejamos para después y de las risas que estaban escondidas tras el llanto. Asumí mis errores, perdí mis temores y afronté equivocaciones. En definitiva comprendí que detrás de todo sufrimiento se esconde una enseñanza, una buena lección de vida que te reconforta una vez comprendida. Habré tardado en captarla pero me fuí con la satisfacción de saberla.
Al tiempo algo volvió a aparecer, ya no había mas temor, ya no habían mas dudas, solo quedaba arriesgarse una vez mas... Y me arriesgué, me volví a enamorar. Hoy con todo lo que aprendí en la vida puedo estar segura de que mi alma se volvió a iluminar, porque no solo tuve buenas enseñanzas sino que tuve mi mejor recompenza y es poder decir con certeza que estoy enamorada perdidamente de la mejor persona que conocí en mi vida.
..."Si para recobrar lo recobrado debi perder primero lo perdido, si para conseguir lo conseguido tuve que soportar lo soportado, si para estar ahora enamorado fue mi enhester haber estado herido... Tengo por bien sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado lo llorado. Porque después de todo he comprobado que no se goza bien de lo gozado, sino después de haberlo padecido, porque después de todo he comprendido que lo que el arbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado"...